domingo, 9 de noviembre de 2008

No hay tranvía sin parada


Sólo un infinito nos separa de ser
aquello que de niños estaba al doblar la esquina.

¡Y es tan corta la vida!

Que el infinito se pierde de vista en un instante.

1 comentarios:

Julia dijo...

jejeje, Qué gran sabio!